20 Dec
20Dec

Aprovechando que visitaba la cuchilleria de la Calle Bolsería de Valencia, quise pasarme a saludar a Jesús Machi en su nueva andadura. La familia del Horno San Bartolomé ha asumido la gerencia y explotación del famoso Forn del Tossal situado en la misma plaza que da nombre al obrador y despacho de pan que tantos años lleva en marcha en ese enclave tan concurrido y auténtico como los locales que lo limitan. Efectivamente allí estaba el maestro de las masas que estos últimos años tanto ha aportado a la cultura panadera de esta ciudad y que junto con otros muchos artesanos de este dificil arte, ha puesto en auge el cosumo del "pan de verdad".

No podía salir de allí con las manos vacías, nunca he conseguido hacerlo. Compré una hogaza de pan de masa madre y un representante de los dulces internacionales y que más de moda está, el Panettone. Ayer elegí uno de pasas y naranja confitada. 

Por la tarde, no sé si de pensar que tenía el "super Bollo" esperando, me entraron las hambres de la muerte y tuve que hacer los honores.

El aroma sencillamente espectacular y la textura al corte buena, aunque lo noté un pelín apelmazado, como si no hubieran hecho las levaduras su trabajo perfecto (en las fotos se observa que no rebosa por el envoltorio como suele pasar), pero el mordisco es muy agradable y fino, para nada se nota apelmazado ni duro.

Comparando con los Panettone de otros autores, decir que no tiene nada que envidiar, estando muy a la altura de los mejores de España como el de Oriol Balaguer, que este año ha ganado el premio a Mejor Panettone de España 2017 y que encarecidamente recomiendo probar, así como sus croissants, tambien campeones.

El único "pero" que se le puede poner si lo queremos comparar con los más Top sería el packaging que emplean como envoltorio, que no es malo, en absoluto, es sencillo comparado con la calidad que alberga en su interior. Quizá este "pero" deje de serlo como tal al ver el bajo precio que se paga por este rico Panettone, pagando estrictamente el producto y no el envoltorio a precio de producto artesanal.

El precio es más que aceptable, dada la complicación que conlleva esta elaboración. Pagué por él 12€, muy poco para estar en la división de oro, cuyos compañeros duplican su precio como mínimo. Quizá el "pero" que le pongo es el packaging, pero teniendo en cuenta el precio, es perfectamente entendible.

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