Almuerzo navideño en Central Bar

Como viene siendo tradición, algunos de los compañeros de trabajo, una vez entramos en nuestra época vacacional, nos gusta desplazarnos a la Capital del Turia para hacer varias de las cosas que más nos gusta. La principal, ALMORZAR!!!!

Para ello, estas últimas ocasiones nos hemos acercado al Mercado Central. Central Bar nunca ha fallado, todo lo contrario, siempre nos sorprende con algún manjar nuevo, además de seguir sorprendiendo con algunas viandas ya tradicionales en las líneas de su carta.

Tuvimos mucha suerte, mucha....mucha. Conseguimos coger sitio con taburete para cada uno de los seis almuercistas que nos arrimabamos a la barra con afán de arramblar con la carta completa y con parte de las sugerencias del día escritas en la pizarra. Teniendo asumido que esa sentada iba a servir de almuerzo, comida y posiblemente cena, nos vinimos arriba pidiendo entrantes. Se distinguen cuatro fases bien marcadas en nuestro festival, coincidiendo con las veces que vino la apática camarera a dejarnos las cartas y tomar nota de nuevo.

En una primera toma de comanda pedimos directamente dos raciones de oreja a la plancha, directamente porque somos fanáticos de la oreja de marrano en todas sus versiones y la de Ricard en esta barra es todo un clásico básico que hay que comer sí o sí.

Tambien pedimos Mollejas de cordero e higaditos con ajetes que nos sugerían en la pizarra.

La pizarra también nos proponía unas manitas de oink con garbanzos que no podíamos dejar pasar así como así.

Otro de los clásicos que siempre pedimos es el conejo, con una textura y un sabor que siempre nos hace darle vueltas a la elaboración, defecto profesional, pero es que nos flipa!!

Hasta aquí el primer bloque de comida regado con cervecita en jarra muy bien servida y un pan de calidad media aunque servido sin demasiado cariño (no tostado, no tomatito, no all i oli...no cariño de ese que nos gusta a los almuercistas).

Para continuar pedimos tres clásicos de la carta, tres platos de esos con los que te cubres las espaldas, de esos que por experiencia sabes que Ricard y su equipo lo hacen hi-level. Pedimos una ración de albóndigas en curry rojo espectaculares, unas croquetas de puchero y una ensaladilla rusa (de la cual no dispongo foto)


Pasamos al tercer y penúltimo bloque en el que, tras pedir la carta a la ya amiga camarera, decidimos pedir un bocadillo cada uno de nosotros, de esos que tan ricos hacen en esta barra. Así es que uno de los compañeros se llevó el último del día que quedaba (revuelto de sobrasada con espárragos y queso de cabra), otros pidieron el Canalla (revuelto, pimiento encurtido y morcilla picante), otro el Ricard (lomo con queso, coliflor y queso) y yo que en esta ocasión pedí un Mary (sepia, salsa mary y all i oli)

Por último, pedimos los cafés. Ibamos a adentrarnos en el mundo de los cremaets, pero viendo como estaba de gente la barra y que a nosotros nos apremiaba un poco el tiempo también, decidimos pedir cafés sencillos.

El precio no me pareció demasiado alto para el almuerzo que nos pegamos, teniendo en cuenta el sitio, la calidad del producto y en general lo a gusto que estuvimos. pagamos cada uno de los seis energúmenos que fuimos 23,30€. Un precio, a mi modo de ver, bastante razonable, tal es así que el año que viene volveremos todos seguro.

ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO