Para celebrar con los compañeros de trabajo el inicio de las vacaciones, nos hemos desplazado los ocho a almorzar hasta un enclave del interior de la provincia de Castellón, La Barona, una pedanía de Vall d'Alba. Aquí, entre otros locales se encuentra Casa Julián, uno de los considerados "templos" del almuerzo en la provincia de la Plana.
Se trata de un local muy famoso por la gran afluencia de excursionistas que recibe sobretodo los fines de semana y en épocas vacacionales. Excursionistas que se acercan en bici, moto, coche de motor o bien de San Fernado, pero todos ellos con el mismo fin, el festival gastronómico.
Llamé ayer para reservar mesa y recabar información. Me dijeron que no reservaban mesa para los almuerzos y que los sirven hasta las 12,30h entre semana y hasta las 11,45h los fines de semana. Cierra Lunes completo.
Nos han recibido muy educadamente y en seguida nos han adjudicado una mesa bajo el televisor que amenizaba de fondo el festín con el programa de Ana Rosa.
Tras haber escuchado las propuestas de la simpática camarera, ibamos con un objetivo fijo, la brasa. Hemos pedido dos surtidos de carne y embutido a la brasa acompañados por sus ya famosas "fogasses amb oli". Al final han caído seis medias hogazas como la que sale en la foto y dos platos de chicha a la brasa entre los ocho. Tanto el pan como la carne son de una calidad gastronómica y gustativa admirable, con un cuidado trabajo de elaboración.
No hemos querido truncar los deseos de dos de los comensales y se ha pedido una racion de callos y otra de chipirones a la plancha. Sin pedirlo, nos han sacado también unas ensaladas sencillas pero con buen producto, a destacar la calidad de las aceitunas, y unos cuencos de barro con un all i oli para enmarcar. Tanto los callos como los chipirones estaban muy buenos aunque no son los mejores que he comido.
Para beber nos han sacado unas jarras de barro con tinto de la casa y gaseosa. Vino con cuerpo y un tanto peleón, muy correcto para combinarlo con casera.
Llegado el momento de los cafés, no podíamos dejar pasar la oportunidad de deleitarnos con un carajillo (cremaet) tan típico de la provincia, preparado en un templo del almuercista. Aunque parezca lo contrario, no me ha parecido alcohólico, ya que ha sido muy bien quemado y mezclado con el azúcar, llegando a un perfecto almíbar tras la evaporación de todos los alcoholes desagradables para mi gusto en este combinado.
En general, todos hemos quedado más que satisfechos con el festival gastronómico, proponiendo la vuelta para el año venidero. Del mismo modo, todos hemos coincidido, tras ver la famosa e irremediable "dolorosa", al caer en el asombro...hemos almorzado, comido y por lo menos merendado como reyes por tan solo 12€ por persona!!!
Se trata de un local muy famoso entre los almuercistas de la provincia. El que no ha ido a Casa Julián tiene una visita pendiente, y creo que todos vosotros, los que valoráis este acto gastronómico-social tan valenciano que no habéis ido, tenéis una deuda muy importante. Salud!!